En los últimos años, la comunidad virtual “El Chimborazo” ha extendido sus fronteras haciendo que las comunidades urbanas y rurales y los diferentes municipios del estado Táchira, sientan el periodismo digital, creando sus propios blogs, como vitrinas de sus riquezas culturales y costumbres.
“Me gustaría que informen sobre lo que pasa en los barrios, urbanizaciones, caseríos y aldeas”, “qué expliquen los temas importantes”, “qué nos escuchen cuando tenemos quejas”, “qué sean críticos y ayuden a educarnos y a educar a nuestros hijos”, “qué cuentan historias de gente humilde pero valiosa” y “qué nos den la posibilidad de opinar como lo hacen los que tiene poder”.
Estas fueron las repuesta que algunos sancristobalenses dieron a la pregunta ¿Cuál es el periodismo que necesita la ciudad y el estado Táchira?
Una inquietud que surge con fuerza un día como hoy cuando se acerca el final del semestre en la Universidad Bolivariana de Venezuela, donde preparan a los periodistas de la Revolución Bolivariana, una profesión tan antigua como la humanidad, pues el hombre prontamente requirió de comunicar y saber lo que en acontecía a su alrededor.
A propósito de hablar de nuevos periodistas, y de la grandeza de contar con una universidad de cambio y transformación de los nuevos redactores, retomamos algunas de las recomendaciones que en clases de Comprensión y Producción de Textos se vociferan.
Los medios de comunicación no deben emplear un lenguaje excesivamente técnico, que la escritura no se convierta en un ejercicio de arrogancia y que lo periodístico no se pierda en una afirmación de la opinión del periodista, asegurando además que “el periodismo es servicio e información, es estudio y aprendizaje”.
Dijo además que “hay tres lealtades fundamentales que debe mantener un periodista: con el lector, con la información y con su propia conciencia”, recalcando que si el periodista no puede hacer respetar estas características en su trabajo cotidiano, tiene la alternativa de negarse a firmar una nota cuyo resultado no lo satisfaga. “El nombre propio es el único patrimonio de un periodista profesional”.
Rescatar lo positivo, entregar al ciudadano temas de interés con efecto en su vida diaria, velar por sus intereses personales y cívicos, enfatizar en información local y comunitaria, sorprender con datos curiosos, detalles, personajes, circunstancias y nuevos contactos para ampliar el conocimiento sobre un tema y desarrollar temáticas de convivencia y comunidad, son algunos de los compromisos adquiridos con el lector en esta nueva etapa para ratificarlo como el nuevo periodismo digital.
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